Ella es un poco tímida -mucho más si le gustás-.
Le encanta escuchar latidos ajenos y puede pasarse horas hablando en voz muy baja.
Le gusta la palta, la mostaza con miel, muere por el maní japonés y como sabes le gusta la pasta al dente.
El mal tiempo condiciona su humor y no puede superar que no haya sol por más de tres días.
Es un poco idealista, por eso suele ver las cosas con más optimismo, y puede ser tan pero tan perseverante que hasta termina cansándote.
Se interroga más de lo que debería, le gusta estar descalza y sabe que la amistad es lo único realmente incondicional.
Descubrió un amor tan puro, que sólo se puede comparar al de un hijo, claro, cuando llegó Blas.
Cree en la ley de atracción y de vez en cuando la pone a prueba.
Descubrió después de algunas dudas que su verdadera pasión era la psicología y fue feliz cuando se dio cuenta que le daba libertad, porque era esclava de muchas situaciones y personas, pero básicamente de sus propios sentimientos.
Tiene una forma de querer muy particular, pero que a la vez (y solo a veces) la termina agotando.
Necesita de sesiones semanales con sus amigas y de las charlas acompañadas con mateyfacturas que compra su hermana menor.
Ya no cree en las palabras vacías, pero se ríe de sí misma cuando las creyó. Y es que uno cuando esta enamorado puede decir cosas ciertas, mientras que ese entorno permanezca, cuando todo cambia se reparten nuevamente las cartas-pobre, todavía no tuvo suerte en ese juego-.
Ve los detalles en los hombres y es lo que la termina enamorando (siempre y cuando le gusten sus manos y su voz).
Con el tiempo dejó de ser tan déspota y aprendió a respetar las libertades; aunque es un poco mercenaria y peleadora,
pero sólo porque le gusta molestarte
(si si, a vos)
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