miércoles, 25 de agosto de 2010

verde esperanza

No te conozco, pero sin embargo siento que puedo verte.
Inventás excusas baratas para acompañarme y aunque sean unas pocas cuadras es la mejor manera de coronar un día largo, de mucha oficina, psicoanálisis y smog.
Esas cuadras me dieron tranquilidad, el aire estaba un poco más cálido,

las calles desoladas y el silencio por un momento nos invadió,
a diferencia de otras veces no me incomodó.
Creo que si uno lo puede compartir sin tratar de llenarlo con palabras vacías es una buena señal.
Nos despedimos, y tengo esa bendita costumbre de deslizar mi mano con la tuya, ese gesto es símbolo de que no me quiero ir.

Empezamos a caminar para lados distintos, pero sé que en realidad pensamos lo mismo,
la sonrisa se me iba dibujando y de repente tuve ganas de saltar,
fui conciente de que sentía lo más parecido a la felicidad,
esa que nos esquiva pero que a veces nos coquetea, esa que sentimos inalcanzable pero que en muchos momentos está al alcance de la mano,
ahí

sólo a unas cuadras de distancia.

lunes, 16 de agosto de 2010

cruces - bizarros-


Hablamos 40 segundos, pero estas a 10.000 kms, y la conversación es igualita a la de dos vecinos que se quieren, que están cerca pero lejos

No me conoces, tenés novia y me invitas a cenar

Vivís lejos, pero estamos seguros de que nos vamos a ver

Mimos en la cabeza y cosquillitas en la panza, pero te tenes que ir, despedida apresurada y eso es todo

Cursamos juntos, entre susurros me preguntas cómo me llamo- te prometo que te voy a prestar esos apuntes-

Sos reacio a la tecnología, apenas cruzamos algunos conceptos de psicología en la parada del 80

son encuentros desencontrados

espero tenerte dentro de mi existencia, de cualquier modo

domingo, 8 de agosto de 2010

citybell

Allá el aire se respira mejor
La gente se saluda por la calle
Y lo más lindo es salir a caminar en verano cuando empieza a caer el sol.
Abundan las bicis, los perros callejeros y los árboles
Los boliches no existen, y los taxis escasean,
pero al final del día agradeces esa paz y ese silencio,
la solidaridad de la gente y que veas tanto verde alrededor.
Intentaron modernizarlo con una invasión de negocios,
pero todavía tiene un encanto que no puedo descifrar.
Sé que algún día voy a volver,
al lugar de mi infancia,
al carnaval con los vecinos,
a las horas en la pileta (hasta que los dedos esten bien arrugados)
a la bici, a los rollers

al lugar donde está la gente que más quiero.

sábado, 7 de agosto de 2010

dos en la ciudad (parte B)

Nos movemos y ya no siento el frío.
Me gusta que me agarres y caminemos por el medio de florida,
sin prestarle demasiada atención a la gente que pasa y empuja,
a los vendedores ambulantes, a la cantidad de ofertas y consumismo.
Caminamos despacio, y es que ya no quiero correr

ni con vos ni con nadie más, ya me cansé de rasguñar, de mendigar amor por ahí
y sólo quiero relajarme y sentirme flotar.
Nos amotinamos en la puerta del subte y aunque hace mucho frío el instinto de ir hacia el calor sofocante no está hoy en mí,


y es que me gusta la armonía que supimos construir.

domingo, 1 de agosto de 2010

rosario siempre estuvo cerca

Nos conocimos en la playa, pero vos eras del río.
Lo primero que me gustó fue tu tonada, pero no había visto ese lunar hasta que me encerraste inocentemente en el pasillo mientras sonaba jason mraz de fondo.
Teníamos mucho para decir y creo que fue por eso que nos quedábamos juntos hasta altas horas del día sin noción del tiempo ni del lugar. Construimos una conexión lindante.
Hasta ese entonces creíamos que sólo era un impacto del verano, ninguno pensó que nos íbamos a topar, esta vez en la gran ciudad.
Me acuerdo de esa mañana que fui a buscarte a retiro para transformarme en una especie de guía turística. El subte no te gustó mucho, es más, te cayó bastante mal, no dejabas de transpirar y para colmo era febrero; me pareció que en el fondo extrañabas esa tranquilidad de pueblo, donde san martín luchó.
Esos días ideales-porteños se acabaron y otra vez el descreimiento, la despedida y la promesa de volvernos a ver. Otra vez cumplimos pero esta vez en tierra rosarina. Era semana santa y esa sí fue la última vez, aunque nos mentimos y nos prometimos que no iba a ser la última.
Y una vez más la distancia como única culpable “de un amor que no vió la luz”. Ahora me arrepiento de “siempre abrazo, nunca un beso”, pero sé que a los dos “ nos queda el consuelo de sabernos muy tranquilos, yo ya sé que la peleamos.”

aviso

para julina

que no tenga facebook
que le gusten las relaciones carnales en lugar de las virtuales
que tenga las clavículas marcadas en los hombros y un claro camino a la gloria
que ya haya vivido su etapa de vale todo

que sea del interior
que haya tenido suficientes aventuras
que tenga algo que decir y que le guste complicarse un poquito la vida
que se cuestione dónde esta parado y a dónde quiere ir
que no haga falta explicarle todo una y otra vez
que sepa escuchar- y manejar-
que le guste la buena música
que tenga más de 25
pero menos de 1,75


existirá?