Intentamos establecer reglas en un patio de comidas rápidas,
pero esas reglas ya no me gustan tanto.
Si nada cambió fue porque no conseguiste romper esquemas
y porque cuanto más querés a alguien más lejos la querés de vos.
No sé ponerle palabras a lo que nos pasa, pero por suerte Sabina sí.
Como una nena caprichosa te pido que cambies de opinión, pero sé que no hay mucho por hacer. No existen besos que hagan pensar en un desvío.
Intentas cambiar el “nunca más”, “por mucho tiempo,” pero no sé si nos va a salir.
De repente una solución parece posible: encontrarnos en un lugar, a la misma hora, todos los años. Yo llevaría cartas y jugaríamos al poker. Vos llevarías tu guitarra y me cantarías canciones tristes. Yo llevaría mis dudas existenciales, y vos me dirías que no tenes ganas de replantearte algunos asuntos una y otra vez. Vos llevarías tus ganas de viajar, yo mis ganas de quedarme al lado tuyo. Vos tu indecisión, yo mi histeria. Vos tus estrategias para no perder, yo mis trampas para no ganar.
Vos cds de led zeppelin, yo los míos de chill out-un poco rayados.- Vos las ganas de no involucrar-me, yo los libros que nunca te presté.
Mientras espero,
¿ vas a venir?
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