domingo, 18 de julio de 2010

dos extraños

Nos llevamos un poco de cada esencia
los dos sabíamos que estaban todas las condiciones dadas
y si pudiéramos elegir, sé que nos eligiríamos.
Pero faltaba ese nosequé, algo que no se puede explicar
esa sensación en la panza, esos latidos rápidos
esa ansiedad de que sean las nueve
o ese estado en donde no te importa nada de nada y
lo único que querés es que el día no se termine.
Ya desde el principio se nos presentaron dilemas,
es que yo era una vieja conocida
la ética y el buen compañerismo nos daban negativo,
pero igual nos arriesgamos a sentir.
Ese sentir nunca llegó- y casi no nos dimos cuenta-
creo que los dos queríamos vivir nuevamente lo que nos pasó en algún momento
y nos creimos personajes que en realidad no éramos.
No puedo dejar de sentirme responsable por ser siempre la que muestra las cartas primero, la que hace replantearte las cosas, analizarlas y descubrir todas las razones de tus actos.

La que mueve el primer dominó.
Hubiera preferido la debacle involuntaria, la no compañía gradual,
y no esta despedida pre fabricada.
Cierro los ojos para no ver pasar tu auto y me imagino que vos cerraste los tuyos cuando me fui sola bajo la lluvia, para no ver como los cuerpos se iban alejando.
Lo bueno es que cuando alguien se aleja, alguien se puede acercar.

viernes, 16 de julio de 2010

cerca o lejos

Cuando alguien pone una barrera: ¿qué hay que hacer? ¿respetarla o intentar saltarla?

La paso bien con vos, pero últimamente me pasa algo raro: al principio una angustia se apodera de mis pensamientos, me quedo quieta mirándote mientras pienso que ésto no es lo que quiero.
Todavía sigo sin entender qué nos une, y ya me olvidé el motivo por el cuál seguimos viéndonos.
Miro a mi alrededor en el bar y hay varias parejitas enamoradas, riéndose y a menos de 5 centímetros de distancia. En cambio vos cuando hay público te comportás como si no me conocieras, o lo que es peor, como si fuera tu hermana o una amiga, de esas que sabés que es divina, simpática, que siempre te entiende, pero que jamás se te ocurriría partirle la boca en un arrebato.
Creo que esa angustia parte de ahí, me da miedo que me quieras como a una amiga.
En cambio cuando nadie te ve sos otra persona, sos tierno y siento que me querés de otra forma, no te gustan tanto las despedidas-ni que me baje del auto-.
La verdad que no entiendo estos comportamientos, no sé por qué todavía me aclarás que no tenes novia, cuando ya se cuál es tu realidad, pero siento que por las dudas me lo tenés que recordar.
También remarcas casi como una muletilla el "nos vemos", como si me estuvieras dando alguna garantía de algo que yo tampoco te pedí, porque sé que ya no tengo que pedirte nada más.
De vez en cuando saltás protocolos y me llamas a las 12 de la noche, de un día difícil y me haces saber que te acordaste y que estás , ahí ,

para consolarme y decirme que todo va a pasar.
Prefiero quedarme con esa parte, con la parte de vos que se preocupa, que me consuela y que me da besos, hasta dejarme frutillas en la pera una vez más.

lunes, 12 de julio de 2010

signos de pregunta

Fer te pregunta cómo estás, cómo son tus días, quién te tiene llorando en un taxi y lo peor de todo, cómo es que te tomas un taxi con alguien que te hace llorar-habiendo tantos taxis libres en buenos aires. Fer quiere saber desde cuándo tenes ese fanatismo desmedido por Jorgito Borges.
Te pregunta si cocinaste un plato nuevo, qué película te conmovió últimamente y cómo van tus clases de fotografía.
Fer grafica exactamente lo que nos pasa, todavía no entiende cómo nos seguimos manejando como un subeybaja, cuando uno se impulsa con las piernas, el otro se golpea contra el piso.
Se da cuenta cuándo tenes algún problema de pantalones, pero se queda tranquilo porque sabe que sobreviviste a esta problemática los últimos seis años.
Te cuenta que revivió su adolescencia, con discos empolvados encontrados en una obra un poco desmedida que emprendió su papá en su casa- con la idea casi infantil de tener un ascensor-
Me gustan sus preguntas, no sólo porque son originales y nadie tiene tiempo de hacértelas, sino porque se fija en las cosas chiquitas, en los placeres de todos los días en lugar de buscar esos momentos bisagra en la vida de cualquiera. Me gustan porque sabe conocerte, sabe lo que hacés, lo que te gusta y lo que no.

Voy a necesitar por mucho tiempo que me hagas esta clase de preguntas.

domingo, 11 de julio de 2010

cuentos borgeanos

Estando en la biblioteca veo un señor canoso de espaldas a varios metros. Fantaseo con la idea de que sea Borges, no sé qué le diría pero por alguna razón sé que me transmitiría la paz que hoy me falta. Creo que le pediría que me diera su apellido, como hizo con Graciela-Borges claro-, con la única condición de llevarlo con honor.
Me lo imagino deambulando por los pasillos, perdido entre libros y pensando en las paradojas de la vida: justo cuando fue director- podía leer todos los libros que quisiera- ya estaba casi ciego. Son las ironias de la vida, mensajes casi ocultos donde nos susurra que la incompletud y el sufrimiento son parte.
Vuelvo a pensar en ese hombre canoso, que a pesar de los años no se cansa de leer y aprender. Pienso en las ganas que tiene de superarse, para vengarse de los otros y de sí mismo, pero no con la idea de tomar revancha, sino con la idea de trascender.

sobre adioses

" creo que tenés razón, la culpa es de uno cuando no enamora y no de los pretextos ni del tiempo"*

Dicen que la vida puede cambiarte en un segundo, hacia tiempo que no lo experimentaba, hasta ayer.
Una simple pregunta disparó una catarata de confesiones bien guardadas, conjeturas, pensamientos estructurados-pero claros al fin-.
Tu frialdad me revolvía el estómago, me aflojaba las piernas, y varias veces pensé qué excusa poner para sentarme y fingir que todo estaba bien.
Pateaste el tablero y no te importó. Tal vez como dijiste eran tableros diferentes, pero yo había pensado en empezar a construir uno para los dos.
Tu autocrítica fue bastante acertada, casi sin quererlo me diste mensajes equivocados y pongo en duda qué fiabilidad tendré de ahora en más para no malinterpretarlos.
Te pido un abrazo y sos vos el que no me soltás. Nos subimos a un taxi, el tachero tiene ganas de hablar-creo que percibió que algo en el aire se cortaba- y para colmo está perdido-igual que yo-.
Intento que no veas mis lágrimas y me pierdo mirando la ventanilla. Te agarro la mano con fuerza y no sé si no me la soltás por caridad.
En la radio suenan boleros de cacho castaña, hablan de adioses y de amores que no fueron.
En lo único que pienso es en llegar a mi casa, meterme en mi cama con mil frazadas, pensar en cosas lindas y dormir.
Maggi lo llama "síndrome social", y trata de convencerme que la culpa no es de uno cuando no enamora- contrariamente a lo que siempre me dijo Benedetti-.

*La culpa es de uno, M. Benedetti

viernes, 2 de julio de 2010

yo no quiero un amor civilizado

Algún día sé que vas a dejar el cartón y la agenda de lado,

al “el deber ser” lo vas a dejar en tu casa

-y solo vas a hacer lo que te de ganas-sin prohibiciones, ni tabúes


y dejando los buenos modales para otro momento-.

La pasión finalmente te va a invadir y vas a dejarte guiar por algo que no se llama razón

vas a saltar pasos, a quemar estapas...