martes, 13 de abril de 2010

buena suerte y hasta luego

Miro fotos viejas de cuando todavía no nos conocíamos,
pero estábamos muy cerca.
Dudo si no me hubiera gustado ir a otro hostel, a otra ciudad,
pero me acuerdo de lo vivido y creo (sólo creo)
que elegiría volver a conocerte
(pero en el futuro).
Imagino que me conocerías como realmente soy
y que algo te ataría a mi, algo como un hilo
transparente.
Nos olvidaríamos de todo y de todos,
a vos no te importaría estar cansado
ni que se juegue el superclásico
Nada te impediría dar grandes pasos,
no te preocuparían las falsas señales,
no existiría la rutina
ni
las obligaciones.
Me llamarías sin horarios, sin preguntas, sin motivos,
sólo para escuchar mi voz;
me pasarías a buscar y perderíamos el tiempo en esta ciudad,
deambulando sin destino.
Hoy esas calles no tienen nombre,
esos pasos no pueden ser dados,
ese cansancio puede más,
la pasión también.
Te cuidas de dar falsas señales,
la rutina pesa
y no creo que te guste tanto mi voz
(como a mi la tuya).




Voy a extrañar que me dejes frutillas en la pera.

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