Love burns brighter than sunshine

Descubrí una nueva manera de ahuyentar al pesimismo: salir a caminar sin rumbo -si es en compañía mucho mejor. Atrás van quedando esos pensamientos negativos, esos fantasmas que nos persiguen. Mientras camino observo a la gente, me pregunto si son felices, pero más aún si buscan su propia felicidad. Miro las casas y pienso en las reformas que le haría si alguna vez viviera ahí. Hoy descubrí una casa con jazmines japoneses alrededor de la puerta de entrada-me acordé de vos- y me gustó esa entrada floreciente. Además paso por una tienda de café en donde en alguna tarde de estudio pude sentir mucha paz.

Mientras camino espero que ya hayas notado que no quiero jugar, ni a la interesante ni a la que no me importas y espero que a vos tampoco te gusten esos juegos. Busco la frontalidad, busco que me elijan, pero no te sientas mal si no lo haces. A veces me pregunto si estoy preparada para otro abandono y para involucrarme de lleno con alguien.
Sigo necesitando esa seguridad, de que vas a estar conmigo, aún cuando la histeria femenina ronde por ahí. Espero que me mires con tu mirada profunda y que no digas nada más-para no arruinarlo.
Mientras repito que son personas diferentes-algún fantasma se cuela- y me recuerda esas tardes de ansiedad, cuando esperaba una respuesta. Es así, dependemos en cierta manera de las decisiones de los demás, pero quiero aprender a que no tengan efectos secundarios.

Me gustaría que alguien me conteste ¿La vida es mucho mejor de a dos? y qué pasa si algunos no llegamos a exprimentar eso? sobreviviremos?