El otro tiene poder si es que se lo damos. Por eso ya no me asusto más, porque simplemente no te lo voy a dar. No te voy a dar el poder de confundir mi estado de ánimo, de condicionarme la noche, de pensar en mi.
La vida se construye con más “no” que con sí. Por eso hoy le digo no a muchas cosas. No a quedarme esperando, no a hacerme la desentendida con cosas que sí pasan muy cerca, pero que una no tiene el coraje todavía para resolverlas. No a intentar encajar en esta ciudad, no a rebajarme y pedir que me quieran. No a esperar a que me elijan.
Después de decir tantas veces no, de alguna manera me alivia. Y ahí es cuando emprendo un viaje, a un lugar que me pertenece y al cual pertenezco. Un lugar al cual nunca tendría que haber dejado ir. Y es así: uno siempre vuelve a sus raíces, uno siempre vuelve a su primer amor.
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sabiassssssss palabras.
ResponderEliminarqué bien me haría decir más nos,
qué bien leerte!
:)